Es curioso como algunas veces damos un giro de ciento ochenta grados casi sin darnos cuenta.
Hace tiempo me dió por escribir, sí yo que siempre he sido de ciencias, me puse a escribir. Algún día os hablaré de cómo fue, pero lo que hoy quiero contar es que mis escritos siempre me parecieron muy personales, muy íntimos. De tal forma que a muy poca gente le dejé leer lo que escribía. Sin embargo hace poco le pasé un par de cuentos a varias personas, no sé cómo salió el tema pero pasé eso escritos tan celosamente guardados durante años. No me lo pensé ni me arrepiento de ello, es sólo que me ha sorprendido la naturalidad con la que he pasado del celo a la exposición de dichos trabajos….no sé muy bien como explicarlo.
Pero además de eso he aprendido otra cosa. La gente no opina si no se le obliga. Lo que quiero decir, lo que me maravilla, es como a casi todo el mundo que le he pasado esos cuentos, nadie o casi nadie me ha dicho nada de ellos. Nadie me los ha comentado, ni si quiera un “ya leí lo tuyo”. No es que me importe su opinión, ni siquiera necesito que aprecien el gesto de haberles hecho partícipe de algo tan personal como mis escritos, pues no era esa mi intención. Me sorprende, porque hoy en día es común que alguien te comente una película, un programa…cualquier cosa. Y sin embargo, nadie me comentó nada de lo que les presté.
En fin, supongo que será un efecto secundario de la Sociedad en la que vivimos. Hoy en día estamos harto de comentar blogs, fotos, responder sms…resultará tedioso hacer un comentario sobre mis cuentos….total, son una mierda. Como con los hijos, sólo su padre los quiere, valora y conoce su significado…
Un saludo
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