Minutos y resultados

Después de un triste comienzo de año, agravado gracias a que desde ese mismo día uno no he descansado y ya sabemos lo que tiene trabajar, curiosos hechos han acontecido.
Así que recuerde ahora mismo, una noche bombardearon mi terraza con huevos. Y yo que no sabía que tenía enemigos...pues nada año nuevo, enemigos carahuevos que tiran proyectiles vilmente, sin dar la cara. Porque la otra opción es que haya sido un ataque preventivo, sin intencionalidad, una 'gracia', que por más que lo pienso no la veo. Me gusta más la teoría del enemigo. Además, esta mañana ha aparecido un plástico en el dintel de la ventana, sería que no tenían huevos, en todos los sentidos de la expresión. O quizás sea que mis vecinos superiores son unos guarros, se les ha llenado la casa de mierda y han empezado a tirarla por la ventana, para disfrute del vencindario y especialmente los pisos de más abajo.

En general, he de admitir que estoy observando, cada vez más, conductas incívicas por parte de mis queridos conciudadanos granaínos. Recuerdo que nada más llegar a Granada me sorprendió lo educado de la ciudad. Nadie osaba cruzar por algo que no fuera un paso de cebra, o 'en rojo'. Por aquel entonces notaba las calles más limpias, me agradaba que la gente paseara en vez de desfilar con prisa en pos de un trabajo, un mandado o cualquier otro adalid de premura, que es lo común en otras ciudades.
Ahora, la gente atropella, la prisa lo domina todo, y todo vale. Habré cambiado mi mirada. O será que el amigo Pepe y sus obras desquicia a los apacibles ciudadanos de esta hermosa villa.

Han pasado alguna que otra cosa más, pero para no alargar este post, lo dejare...bueno, las carrozas de la cabalgata de los Reyes Magos, no me han gustado, he hechado mucho de menos estas fiestas en mi tierra.

Por cierto, después de todo y en contra de todos los pronósticos, sus majestades de oriente me han dejado un regalo a mí:


Y otro a mis padres que están de paso: