Me encanta el barrio de los Pajaritos

Hoy me ha pasado una de esas cosas que sólo pasan en los barrios "de los de antes".
Salía yo de mi casa, para ir a comer con unas amigas e iba como siempre, con mis gafas de sol y mi egoistófonos (esos artilugios que te permiten a ti y a tu ego escuchar música mientras te aislas un poco de lo demás). El caso es que aún así escuché que alguien me hablaba...y desde la altura.

Lejos de ser una experiencia religiosa, resultó ser una anciana desde un primero que a mí se dirigía. La mujer no lograba comunicarse de una forma muy usual, pues debió olvidar la dentadura en su mesilla de noche. No importó pues se hizo entender bastante bien, a pesar de lo torpe que soy.
Me encargó ir al bar Cisne, preguntar por el zapatero y decirle que su madre lo llamaba.
Eso sí que es comunicación, pues uno puede ignorar un mensaje en el móvil o incluso una llamada. Pero que un desconocido te busque en un lugar público y diga delante de todos que tu anciana madre te busca....
En fin, le hice el recado a la señora y proseguí camino....eso sí, con una sonrisa...por todo y por nada en particular.